El sexo y todo lo que lo rodea, aún hoy en día, se ha convertido en una especie de tabú, y mucho más si nos acercamos a ciertos estereotipos que no parecen casar muy bien con la idea de tener una sexualidad activa. Así que no te sorprenda que la sexualidad en la tercera edad sea un tema que todavía provoca controversia, como si nadie quisiera en realidad abordarlo en plan serio, por culpa de algunos prejuicios que cargamos en nuestros hombros tras muchas generaciones de represión.
Con todo el tema este de la pandemia por COVID que ha sacudido el mundo entero, las condiciones en que están viviendo nuestros abuelos y abuelas se está poniendo en entredicho. En ciertos momentos, parece que se los ha discriminado por ser personas de edad avanzada, y en vez de insertarlos en nuestra sociedad, como ya lo estaban, nos ha parecido mejor tenerlos en una especie de reclusión, como si estorbaran o ya no sirvieran para nada. No es que sea un maltrato directo ni se les estuviera tratando mal: más bien es una actitud generalizada, sobre todo en las sociedades occidentales, cuando la jubilación es algo así como el principio del fin, cuando una persona ya deja de ser útil para el conjunto de la población, solo sirviendo para recordar viejas batallas o para cuidar de los nietos. Con este pensamiento, ¿quién va a pensar que estas personas mayores pueden querer, o incluso necesitar, tener sexo?
Y sin embargo, nuestra vida sexual no tiene fecha de caducidad. La pérdida de la líbido en la vejez es sólo un mito, y si algo puede refrenar nuestros deseos sexuales en esas edades son los impedimentos de salud o físicos. Hablar ahora del porno maduras mientras tratamos este tema tan serio puede sonar a pitorreo, pero es un ejemplo claro de que, en este asunto, el querer es poder. De hecho, se ha puesto de moda el tener sexo con mujeres mayores, maduritas o directamente viejas, aunque el solo pensarlo a más de uno se le ponga cara rara, como de «yo jamás haría una cosa así» (ojo, que seguramente las chicas estén pensando lo mismo del género contrario). Y no es solo algo que se vea en el porno online, porque se ve en la sociedad muchas parejas en las que la mujer es mayor que el hombre, aunque aún sean objeto de críticas. Además, ayuda mucho el hecho de que las maduras de ahora no se parecen en nada a las de otras generaciones anteriores, en las que las mujeres pasaban de chica jóvenes a casada, y de ahí inmediatamente a madres, abuelas y viejas; por suerte, ahora las personas mayores, tanto hombres como mujeres, se mantienen activas y en excelente forma durante muchos años antes y después de la jubilación.
Pero volviendo al tema de la sexualidad a una edad avanzada, hay que decir que cada vez se demuestra que tiene excelentes beneficios en nuestros mayores (tal y como lo tiene a cualquier edad en la que se hayan despertado los instintos sexuales). Aunque solo sea por mantener un buen estado de ánimo, ya merecería la pena que nuestros abuelos mantuvieran su vida sexual; pero aparte de esto, tiene múltiples beneficios a nivel físico, aunque por supuesto, como ya dije, a veces el entusiasmo se ve algo mermado por el deterioro natural del cuerpo. Sin embargo, muchos geriatras intentan convencer a nuestros mayores de que esto no es el fin de la sexualidad: sólo hay que mantener la mente abierta, y adoptar prácticas o posturas nuevas o que hemos practicado poco, para encontrar otra manera de disfrutar de una de las necesidades básicas del ser humano.
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